A menudo cuando escuchamos que alguien posee pensamiento crítico, lo confundimos con estar a la defensiva o dar la contraria en cualquier argumento. El tener pensamiento crítico involucra diversos elementos y funciones de la mente que permiten a un individuo tener sus propias ideas, creencias u opiniones respecto a algún tema en base a la reflexión y la verificación de la información que se posee. Debido al constante bombardeo de datos que la tecnología pone a nuestro alcance y la forma en que interactuamos entre seres humanos y nos relacionamos es necesario generar un pensamiento de esta naturaleza.
Leyendo al maestro Oscar Castillero, en su blog de psicología y mente, nos brinda algunas herramientas para potenciar el pensamiento racional y lógico.
¿Para qué sirve el pensamiento crítico? Nos sirve para discernir la realidad de lo que nos dicen y percibimos a partir del análisis de los razonamientos empleados para explicarla. Aunque se le vincula con el escepticismo, este tipo de pensamiento ayuda al ser humano a formar su propio criterio, pero no se trata de ir en contra de todo el mundo, sino de ser capaces de tener nuestra propia opinión en base a la comprobación y contrastación de datos e información.
El pensamiento critico nos impulsa a ser creativos y a avanzar como personas hacia la propia construcción de ideas y razonamientos y también a romper paradigmas.
No debe confundirse con el actuar en base a impulsos, pero si de buscar objetividad obviando manipulación y elementos subjetivos. El pensamiento critico requiere de una mente flexible, del uso de la lógica para detectar sesgos, de la capacidad de cuestionar datos, hechos y dudar en la medida de lo razonable, de tener una mente curiosa en búsqueda de la verdad de lo que se nos argumenta.
El pensamiento critico debe dar lugar a debates de ideas y análisis en los cuales podamos contrastar la información que creemos veraz, sin embargo, los planteamientos deben permitir cuestionar también las ideas propias y sentirnos cómodos cuando tenemos que reconocer que no sabemos algo. Esta comprobado que cada conflicto cuenta con mayor o menor grado de componentes emocionales que en ocasiones nublan el entendimiento.
El pensamiento critico orientado a la solución de conflictos implica que no hay soluciones únicas ni verdades absolutas, que entre el blanco y el negro hay toda una gama de grises o posibilidades por explorar y también debemos tener apertura para escuchar otras perspectivas y empatizar con ellas. Se puede lograr mediante cuestionamientos y preguntas reflexivas y encaminadas a obtener más información. El pensamiento critico nos mueve de nuestra “postura firme” a la posibilidad de realidades alternas y valiosas que no hemos considerado y de las cuales podemos beneficiarnos mutuamente.
En el convenio que pone fin a una controversia convergen distintas formas de pensamiento que se han explorado y de las cuales hemos extraído las soluciones más benéficas para ambas partes. Cierto que se requiere humildad e inteligencia emocional para reconocer pensamientos distintos al propio y participar en formular soluciones alternativas que permitan resolver un conflicto.
El mediador profesional debe ser un agente del pensamiento critico y conducir a las partes a cuestionar sus propias perspectivas de una situación o conflicto que les atañe y llevarlos a una comunicación respetuosa de las ideas que les permita resolver.
Gracias por leerme, ¡prueba la mediación!
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