Cuando pedimos la recomendación de un profesional para que realice para nosotros un servicio, normalmente agregamos la frase: “que sea de confianza” porque resulta indispensable para nosotros que este requisito forme parte de los atributos de las personas con quienes deseamos relacionarnos en cualquier ámbito.
Creo que todos podemos estar de acuerdo lo importante que es contar en la vida con al menos una persona cercana a la que le podamos confiar nuestros secretos más íntimos, preocupaciones o debilidades con la tranquilidad de que esa información jamás será revelada a un tercero ni usada para perjudicarnos.
Como abogada y mediadora valoro enormemente la confianza debido a que manejo información que en ocasiones es muy sensible y que puede comprometer seriamente la seguridad de mis clientes.
¿Pero, como aprendemos a distinguir a quienes son confiables de las personas que no?
Existen además de nuestra intuición, algunos principios que las personas confiables practican y me gustaría mencionar los que me parecen más importantes:
•Son discretas con la información que otros ponen a su alcance.
•Muestran interés genuino que se traduce en preguntas sinceras con el propósito de entender más claramente la necesidad de su interlocutor, y no “disfrazan” intereses o motivaciones ocultas.
•Este punto se relaciona con el anterior, dedican tiempo a dar seguimiento a las conversaciones o planteamientos de otros y a conocer la evolución de la problemática con el mismo interés genuino.
• Cuando discrepan, no atacan a la persona, sino que generan una reflexión sobre el tema y las posibles interpretaciones para tratar de entender.
• Ven a los ojos. Una persona confiable no evade la mirada de la de su interlocutor porque no tiene temor de que la propia revele algo negativo.
• Son francas y abiertas en su comunicación, amables y no tienen impedimento en hacer preguntas cuando algo no les queda claro.
• Respetan y valoran las jerarquías y cuando reciben una instrucción verifican que entendieron que se espera de ellas y de inmediato la ejecutan, sin necesidad de ser supervisados.
• No mienten ni exageran para salir del paso, afrontan.
• No se “fabrican” una imagen que les permita encajar en ambientes sociales o laborales; normalmente sus méritos personales y su trayectoria son los que los promueven a mejores posiciones.
• Una persona confiable lo es por convicción y lo es en lo privado y en lo público y no solo porque los demás lo observen. Este tipo de personas tan especiales y valiosas no son fáciles de encontrar, pero llegan a ser una verdadera bendición a quienes tienen la fortuna de toparse con ellas; ahora me surge la pregunta que si me lo permiten nos lleva a una reflexión final: ¿soy yo una persona confiable?
Precisamente porque no es fácil toparse con estas inapreciables personas, asegúrate de ser tú una de ellas.
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