Los seres humanos procesamos la información que recibimos y los estímulos desde nuestro muy particular marco de referencia. Somos un constructo mental que hemos fabricado acerca de nosotros mismos y de nuestra propia imagen. Normalmente tendemos a ser muy “benevolentes” cuando se trata de evaluarnos a nosotros mismos y ser mucho más exigentes con las conductas ajenas. En nuestras interrelaciones con los demás es común que nuestras reacciones, motivaciones y pensamientos estén centrados en el yo y nuestras actitudes y decisiones se basen en lo que sea mas favorable para nosotros mismos.
Estos conceptos son lo que frecuentemente se conoce como “el ego” y cuando este no se maneja en la calidad y cantidad adecuada suele dificultar nos la interacción con los demás y me explico a continuación:
Dicen algunos autores que siempre estamos negociando algo, que de manera inevitable nos enfrentamos a conflictos que suelen ser escenario de negociación y que la negociación se da a partir de la información que obtenemos de nuestra contraparte.
Según Barbara A. Budjac Corvette, “La negociación es el proceso de influencia en los demás para así obtener lo que queremos” y en un plano de la ética efectiva, la negociación no tiene que ver con estafa ni artimañas, sino una combinación de la información de la que disponemos, herramientas e influencia personal con el objeto de afectar el comportamiento del otro. (1)
Entonces un negociador exitoso no es una persona ventajosa sino una persona que practica la ética, la empatía, que valora los intereses de su contraparte y entiende que no se debe dejar gobernar por su ego. En ocasiones el ego nos impide salir de la zona de confort y hacer cosas que requieren de nosotros mayor esfuerzo, sacrificios e inversión de recursos porque preferimos no incomodarnos y es importante estar atentos a estas tendencias.
Por otro lado, no todo es negativo cuando de ego hablamos ya que frecuentemente este nos permite desenvolvernos ante la competencia feroz del mundo en el que vivimos, donde el mas fuerte domina a los débiles y en una cantidad correcta, el ego permitirá que tomemos decisiones tendientes a salvaguardar nuestra dignidad y seguridad ante situaciones de riesgo y peligro, por lo tanto, no queremos eliminarlo de nuestra vida sino dosificarlo.
(1) Técnicas de negociación y resolución de conflictos- Bárbara A. Budjac Corvette. Pearson
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